viernes, 17 de julio de 2015

El silencio elocuente de Diego Araujo






¿Què recursos de comunicaciòn utiliza el director de la pelìcula “Feriado” para contar una historia innovadora sobre los peligrosos antagonismos sociales y el recurrente tópico cinematogràfico del amor adolescente?
Algunas películas ecuatorianas tienen un espacio en la construcción de lugares comunes e hipérboles vacías al recrear escenas rebeldes de baja factura, sobre todo por la poca credibilidad que la experiencia actoral le da a ciertos personajes. Otras, en cambio, nos muestran conflictos en grandes escenarios selváticos y urbanos, donde los pobres y los ricos aparecen retratados por su fachada y su condición de “clase”. “Feriado” -la última película de Diego Araujo- va en contra de ambas corrientes y más bien, contribuye al engrandecimiento del cine local, con escenas verosímiles y representaciones lejanas a lo predecible. Aunque este filme recrea la historia de dos jóvenes que pertenecen a realidades distintas, sus diferencias no son explotadas como un recurso que aplana a los personajes y ni siquiera constituyen el conflicto principal de esta ficciòn. Se trata de una historia de amor protagonizada por un joven homosexual, narrada desde su mirada y las metáforas que su producciòn artìstica adolescente sugieren.

Feriado” -la película ecuatoriana más taquillera de 2014- resulta apropiada en sus puntos de giro, uno de sus grandes aciertos es el manejo del subtexto y la poesía en su narración, como aquella escena memorable que muestra a una ciudad desenfocada, titilando bajo el imperio de las luces, como techo de dos jóvenes probablemente enamorados, en un preciso retrato del mundo adolescente donde todo siempre está al revés. El silencio es otro de los componentes importantes de este filme. La falta de sonido puede llenarse con distintas interpretaciones. Mientras que las palabras de un guión resuenan en cada integrante de la audiencia por identificación o rechazo; el silencio, en cambio, parece vacío de sentido, rellenable quizá con los sentimientos que producen la ausencia y la duda. Aquí, el silencio contrasta con el humor de los personajes que rodean a Juan Pablo, uno de los protagonistas de esta historia.

Araujo dice que no ha recibido fondos del Consejo Nacional de Cine para apoyar la distribución de su primer largometraje. Esto no ha evitado que se convierta en la cinta más solicitada por el público que disfruta del cine dirigido por ecuatorianos. La película se estrenó en Guayaquil casi un año después de su lanzamiento en Quito, Ambato, Latacunga y Cuenca. Araujo anuncia que en los próximos meses, realizarán la presentación del filme también en Manta. “Feriado” además, ha estado presente en cuarenta festivales de cine y llegará también a salas de Argentina, Alemania, Francia y Reino Unido.


El mundo recreado en esta película se sostiene -además de en los silencios- en las contradicciones de clase con la misma sutileza que lo hace una novela de Manuel Puig llamada “Boquitas pintadas”. Los actores que recorren las escenas de “Feriado” viven, figurativamente hablando, en dos provincias: los blancos pudientes que rodean la casa que habita Juan Pablo, sus primos y los amigos de estos; y también están los otros, cuyo mestizaje indígena resulta más evidente. Entre ellos, está el atractivo objeto del afecto adolescente de Juan Pablo: Juano, a quien el protagonista descubre robando tapacubos de los vehículos en una fiesta que ofrece su tío, tan capaz de golpear a los ladrones como de congelar los ahorros de sus clientes en el banco que dirige. Juan Pablo salva a Juano de una paliza segura y este lo rescata de la vida, tan pueril como hostil y grotesca en su envidiosa comprensiòn de la masculinidad, que le ofrecen sus primos.

Entre las referencias literarias que Araujo reconoce en su obra, se encuentra la novela The Catcher in the Rye, de JD Salinger. Al igual que el protagonista de este libro, Holden Caulfield, el inocente Juan Pablo observa en silencio y con distancia su entorno, deambula por este, sorteando el fastidio que representan sus primos. Se aleja de todo y busca a Juano, conoce el heavy metal y encuentra semejanzas entre sus poemas -objeto de burla para sus parientes- y las canciones que Juano interpreta mientras sacude su melena.


Por Fernanda Carrera
Editado por Diana Romero